El acero es fundamental en la construcción y la fabricación, pero elegir el tipo adecuado puede ser complicado. ¿Alguna vez se ha preguntado qué es mejor: el acero galvanizado o el acero inoxidable? Este artículo analiza sus diferencias en cuanto a resistencia a la corrosión, coste y aplicaciones, para ayudarle a tomar una decisión con conocimiento de causa. Descubra las ventajas e inconvenientes de cada tipo y asegúrese de que sus proyectos utilizan el material más adecuado. Sumérjase para saber cómo se comparan estos aceros y qué factores debe tener en cuenta a la hora de elegir el más adecuado para sus necesidades.
Como su nombre indica, las chapas galvanizadas son chapas de acero recubiertas con una capa de zinc, que en cierta medida proporciona resistencia a la corrosión. Este método de fabricación también contribuye a reducir el consumo mundial de zinc.
1. Cinta de acero galvanizado en caliente sin aleación
2. Fleje de acero aleado galvanizado en caliente
Las chapas galvanizadas consisten en aplicar una capa de zinc sobre una placa de hierro para hacerla resistente a la corrosión, con métodos de galvanización en frío y en caliente.
Con el tiempo, el zinc superficial se desprenderá, exponiendo el hierro a la corrosión. En cambio, el acero inoxidable no necesita protección contra la corrosión.
Naturalmente, es más caro: los precios del acero inoxidable oscilan entre 200 y 300. Solo algunos materiales especiales requieren un revenido a baja temperatura de 200-300 grados.
Sin embargo, a altas temperaturas (200 grados, 300 grados), la capa de zinc sobre el chapa galvanizada se irá cociendo poco a poco.
Hay muchos tipos de acero inoxidable, mientras que las chapas galvanizadas consisten simplemente en electrodepositar una capa de zinc sobre la superficie de un acero o hierro chapa. Las chapas galvanizadas son chapas normales que han recibido un tratamiento superficial, mientras que las chapas de acero inoxidable son resistentes a la corrosión y a los ácidos. placas de aleación.
Dependiendo de su finalidad, 200-300 grados no se considera alta temperatura, y una placa de acero inoxidable 430 relativamente barata debería costar aproximadamente el doble que una chapa galvanizada de la misma especificación.
El acero inoxidable consigue su resistencia a la corrosión añadiendo oligoelementos para modificar la composición del acero.
En cambio, las chapas galvanizadas galvanizan la superficie de las chapas de acero ordinarias, con lo que se consigue resistencia a la corrosión sacrificando el zinc. 200 y 300 grados no suponen ningún problema para los metales; depende de la atmósfera ambiente. Puede haber algunos efectos muy leves, pero los cambios significativos tardarían mucho tiempo en producirse.